Abrimos el portal cósmico y nos dejamos transportar por un agujero de gusano hacia el impresionante debut de la enigmática entidad ASET, conformada por miembros de ORANSSI PAZUZU (Finlandia) y SETH (Francia), lo cual ya nos puede dar una idea de por dónde puede ir direccionada su propuesta, garantizando desde el vamos la calidad de la misma. “Astral Rape” es el nombre de la placa en cuestión, que irrumpió en el mundo metálico sin previo aviso de la mano de Les Acteurs de L’Ombre Productions, prescindiendo de cualquier estrategia de márketing que los nombres involucrados podrían haber generado por peso específico propio, cuestión que para mí le suma puntos y es coherente con el aura ocultista que impone el concepto de la obra. Siete tracks en poco más de 40 minutos con los que se despachan con una suculenta dosis de Black Metal cargado de disonancias y mala onda, muy agresivo, con estructuras que paradójicamente resultan tan ortodoxas como poco predecibles, al límite del vanguardismo pero con muchos recursos clásicos que demandan un tecnicismo soberbio a la vez que una retorcida sensibilidad para mantener el equilibrio entre ambas vertientes, sin romper la atmósfera rituálica que envuelve a toda la placa de principio a fin. Para tal efecto es muy importante el trabajo que hacen con las voces, que no llegan a ser las típicas rasgadas o “de bruja” propias del black, sino que son un poco más guturales, mezclándolas con gritos y voces naturales, cuasi limpias, confiriéndole una exquisita mística teatral que remite a un sacerdote oficiando o llevando adelante la ceremonia sacrílega. Las guitarras por su parte van entretegiendo una indescifrable maraña de acordes disonantes que parecen erigirse hacia el cosmos cual ondas energéticas en busca de comunicarse con otras entidades superiores para rendirles tributo, mientras se combinan con violentas andanadas de filosos riffs en tremoló más terrenales, recordando de dónde provienen sus raíces y hacia dónde pretenden trascender. A su vez la titánica labor de la batería procura dar cierta estructura al caos reinante, dándole una dinámica agobiante, resaltando su brutalidad y eyectándolo fuera de los confines mismos de la conciencia humana a través de los múltiples cambios rítmicos con una imaginación envidiable. Realmente no esperaba nada menos elevado sabiendo quiénes estaban detrás de semejante monumental obra, que deja el portal entreabierto para un futuro incluso superador, pues deja un margen para mejorar aún más la propuesta.
En cuanto a la producción se puede destacar que es sobria, sumamente funcional y bien dúctil, pues deja espacio a cada instrumento para que prevalezcan con lucimiento y destreza propia sin pisarse entre sí, sin sobrecargarlos de los típicos artificios de los que últimamente se hace abuso en las producciones modernas para resaltar la brutalidad, pues aquí no les hace falta, la brutalidad es innata, logrando de esta manera llevar claridad entre tanto caos, paradójicamente sin perder la suciedad orgánica que requieren las atmósferas que recrean. Obtener este balance no es nada fácil pero resulta excelentemente logrado.
En definitiva estamos ante una grandiosa obra facturada por este colectivo de notables y talentosos músicos multinacionales, que continúa alimentando a las huestes del black metal mundial, siempre sedientas por descubrir nuevos/viejos sonidos fieles a la mísitica del mismo.
Juanlón
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